Separamos los tronquitos de los champiñones y reservamos; la parte redonda la fileteamos y colocamos en una fuente de horno con un chorrito de aceite: Cuando estén todos colocados se le agrega la copa de vino blanco:
No os preocupéis si parece que hay muchos champiñones en la bandeja, porque en cuanto se comiencen a cocinar reducen su volumen considerablemente. Picamos en el mortero los ajos y el perejil: Y lo ponemos por encima de los champiñones. Metemos en el horno a fuego medio unos 10 minutos:
Mirarlos de vez en cuando por si hay que moverlos un poco y para que no se queme el ajo, ya que si ésto ocurre... sabe fatal. Cuando ya estan hechos, los champiñones se sacan del horno y con cuidadito sacamos a un bol el vino blanco que ha quedado de cocinarlos. NO LO TIREIS!!! que vamos a hacer una salsita con él, ahora veréis:
Ahora hay que trocear los troncos de los champiñones, el bacon y la loncha de jamón: Y ponemos a dorar en una sartén con un chorrito de aceite. Yo los voy friendo por orden, primero el champiñón, cuando está dorado incorporo el bacon y por último el jamón que es lo que tarda menos en cocinar. Cuando ya esta todo dorado le agregamos la cucharadita de harina y damos unas vueltas para que se cocine:
Ahora agregamos el vino blanco que teníamos reservado de hornear los champiñones: Y damos unas vueltas con la pala de madera hasta que el caldo empieza a espesar, como si fuera una bechamel. Quedaría algo así: Cogemos la fuente de horno con los champiñones y ponemos la salsa por encima: Le ponemos el queso rallado por encima y gratinamos en el horno: Sacamos y listos para comer.