Lo primero que haremos será calentar a fuego medio un chorrito de aceite.
Mientras el aceite se calienta vamos a picar un par de cebollas en trocitos, para ello, cogemos una cebolla, la partimos por la mitad, le quitamos los extremos y le quitamos la primera capa, hacemos lo mismo con la otra cebolla y ahora empezamos a trocearlas en trocitos pequeñitos. Tampoco es necesario que sean trozos súper pequeños porque luego lo vamos a triturar. A medida que vamos picando las cebollas las vamos reservando. Ahora cogemos un pimiento verde, lo partimos por la mitad, le quitamos la parte blanca y las semillas y lo troceamos de un tamaño similar al de la cebolla. Reservamos el pimiento junto con la cebolla.
Ahora cogemos 3 dientes de ajo y los troceamos.
Ahora añadimos las verduras troceadas a la cazuela, añadimos pizca de sal y vamos dejando que se vaya pochando a fuego medio.
Mientras se van pochando las verduras, troceamos unos tomates y los trituramos. No hace falta pelarlos ya que luego vamos a colar la salsa con la ayuda de un colador.
Cuando las verduras ya están bien pochadas, añadimos un vaso de vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol y después añadimos los tomates triturados, removemos bien y dejamos que se siga cocinando hasta que reduzca un poco.
Añadimos los sobres de tinta a las verduras que tenemos rehogando. Removemos bien.
A continuación, incorporamos los chipirones a la cazuela. Añadimos sal a los chipirones, ponemos la tapa y dejamos que se cocinen los chipirones durante unos 25 o 30 minutos.
Pasado ese tiempo, sacamos los chipirones de la cazuela y los reservamos. Dejamos que la salsa vaya reduciendo.
Ahora que la salsa ya ha reducido bastante, procedemos a triturarla. Y una vez triturada, procedemos a colarla.
Después incorporamos de nuevo los chipirones a la cazuela. Dejamos que se cocine todo conjuntamente 2 o 3 minutos y ya estarían listos.