Disponemos las chuletas en una fuente de horno en una sola capa (o sea, que no se monten unas encima de otras). En un bol, batimos el aceite, el vinagre, el orégano, el ajo y un poco de sal y pimienta. Vertemos este marinado sobre las chuletas y les damos la vuelta para impregnarlas por ambos lados.
Tapamos la fuente con papel film y dejamos marinar en la nevera unas 2 ó 3 horas. Las sacaremos unos 30 minutos antes de asarlas.
Precalentaremos el horno a unos 190º ó 200º y asaremos las chuletas durante unos 15 ó 20 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción para que se hagan por ambos lados.
Las chuletas así, con su marinado, están buenísimas tal cual, pero se trata de reproducir toda la receta del chelf, así que sigamos ahora con la salsa avgolemono.
En un cazo, calentamos el caldo de pollo a fuego lento. En un bol batiremos las yemas (en este caso sólo una) hasta que queden claras y espumosas. Añadiremos el zumo de limón y batiremos un poco más. Incorporaremos esta mezcla al caldo removiendo sin parar suavemente. Hay que tener cuidado para que el huevo no se cuaje. Continuamos removiendo hasta que la salsa espese y adquiera una consistencia ligeramente cremosa (no se tiene que poner espesa del todo, es caldosa pero cremosa). Finalmente, añadiremos el orégano y retiramos del fuego. Sazonamos al gusto y servimos de inmediato o lo echamos en una salsera que podamos mantener caliente hasta el momento de servir.
Cuando las chuletas estén listas, acompañamos con las verduras que más nos gusten (yo hice unos champiñones a la plancha) y regamos con la salsa avgolemono.
Fácilisimo! tenemos un plato de alta cocina, de un superchef, por cuatro duros y sin complicaciones!