El matambre tiene un lado que es magro y un revés con grasa. Desgrasar bien el matambre retirando los pedazos de grasa adheridos con un cuchillo filoso. Frotar el lado magro con media cebolla para que tome gusto y salpimentar la carne levemente.
Batir con un batidor de alambre en un bowl los huevos, con un poco de sal y pimienta, la harina, el queso parmesano y el perejil picado, agregar media taza de leche. En una sartén con aceite y manteca, volcar la mezcla y cocinar a punto baboso, no deben secarse los huevos pero sí tomar una consistencia que permita esparcirlo en el matambre.
Sobre el lado del matambre donde frotamos la cebolla, volcar la mezcla de huevos y esparcirla cubriendo las ¾ partes del matambre. Cubrir la mezcla con las fetas de jamón. Enrollar el matambre comenzando por el extremo que tiene relleno hacia el lado que no tiene. Hacer presión pero no demasiada para que no se escape la mezcla.
Una vez enrollado, hay que coser la carne en sus extremos y longitud con una aguja gruesa e hilo de cocer. Una vez cosido, se ata con hilo chanchero tal como se atan las carnes al horno. Tratar de atarlo de forma prolija con intervalos parejos. Untar el matambre en aceite y envolverlo en papel de aluminio.
Cocinar el matambre en el horno a 200°C durante 2 horas. Dejar el matambre envuelto en el horno apagado para que repose. Si se quiere servir frío, guardarlo sin desenvolverlo en la heladera y quitarlo 1 hora antes de servirlo para que se atempere.