Ponemos en el vaso 320 g de agua, 20 g de aceite, la levadura y el azúcar. Amasamos 2 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga. Añadimos la sal y 60 g de agua y amasamos otros 2 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga.
Ponemos un poquito de aceite en una bandeja de horno, nos untamos las manos con aceite para que no se nos pegue la masa, hacemos una bola y la echamos en la bandeja. La dejamos reposar en un lugar templado unos 30 minutos.
Si es invierno lo que suelo hacer es encender el horno, calentarlo sobre los 30 grados y dejar la masa dentro para que suba. Si lo hacemos fuera del horno ponerle algo encima para que no se seque pero que no le impida subir.
Una vez que la masa está lista, precalentamos el horno a 200º y mientras alcanza la temperatura, sin amasarla estiramos la masa en la bandeja. Nos quedará sobre 1 centímetro de grosor, luego subirá cuando la horneemos. Cuando esté estirada, con los dedos hacemos pequeños hoyos en toda la masa.
A continuación echamos por encima los ingredientes elegidos, en este caso la cebolla troceada y encima los tomatitos y las aceitunas partidas a la mitad. Mezclamos en el vaso el aceite, el agua y la sal, lo repartimos por encima de la masa.
Introducimos en el horno durante unos 35 minutos. La focaccia queda de un color claro después de horneada. La dejamos enfriar antes de cortarla. Aquí podéis ver como queda la masa.
Comentarios de los miembros:
Vamos a hacerla
La veo rica. de todas las que vi, es la que voy hacer