En una sartén ponemos a calentar el aceite mientras cortamos las guindillas y la cebolla en juliana, y el tocino en tiras. Una vez listo, lo salteamos todo hasta que comience a dorarse.
Añadimos el vino y dejamos que evapore todo el líquido, entonces añadimos las setas y las dejamos que se vayan haciendo. Si son congeladas, como suelen ser un poco grandes, las cortamos un poco con unas tijeras mientras se hacen. El tiempo aquí dependerá de cómo sean las setas, pero son unos 3 o 4 minutos como mucho.
Añadimos el romero y lo dejamos todo unos 5 minutos a fuego medio para que se vayan ligando bien los sabores.Añadimos ahora los garbanzos y abundante perejil, rectificamos de sal y pimienta. Rehogamos unos minutillos para que los garbanzos se sofrían ligeramente y cojan el saborcito.
Como veis, las cantidades dan para un plato generoso, es tal como lo veis en la foto, pero como los botes pequeños de garbanzos traen 200 grs y hacer dos platos de aquí me parecía un poco raquítico, pues sale una ración,contundente, eso sí, sabrosísima.