Limpiamos los champiñones, quitando el pie y la parte oscura de la parte interior del sombrero. Los vamos colocando en un bol con agua y el zumo de medio limón. Mientras, en una cazuela ponemos a dorar dos dientes de ajo cortados en trozos grandes, con un poco de aceite.
Cuando el ajo esté dorado, lo retiramos y echamos los champiñones una vez bien escurridos y en láminas. Salpimentamos, revolvemos un poco y añadimos el perejil picado.
Tapamos la cazuela y dejamos que se hagan despacio una media hora. En una sartén echamos un poco de aceite y añadimos la cebolleta picada en trozos pequeños. Salamos un poco y cuando empiece a estar blanda, ponemos el calabacín cortado en rodajas no muy gruesas. Dejamos que se haga despacio, una media hora.
Mientras se hacen las verduras, cocemos las láminas de lasaña en una cazuela amplia con abundante agua con sal. Seguimos las instrucciones del paquete para saber el tiempo que tenemos que cocerlas. Conviene no echar todas de golpe porque se pegarían y se rompen. Es mejor hacerlas de 4 en 4. Pasado el tiempo indicado, sacamos y dejamos escurrir y templar en un paño de algodón.
Preparamos la bechamel: Retiramos los champiñones, que ya estarán hechos, y los colocamos en un plato. En la misma cazuela, aprovechando el jugo que han soltado, ponemos un poco de mantequilla.
Cuando esté líquida añadimos una cucharada y media de harina, revolvemos bien para que se dore, pero sin quemarse y vamos añadiendo leche desnatada a temperatura ambiente, poco a poco. (Muchas veces he leído que hay que usar leche entera, pero os aseguro que se puede hacer con leche desnatada). Salamos y, si queremos, podemos añadir alguna especia.
Es importante que se haga bien para que quede ligera y no sepa a harina. Se tarda, aproximadamente, veinte minutos. Montamos la lasaña. He utilizado cazuelas para horno individuales. En el fondo ponemos un poco de salsa de tomate. Encima una lámina de lasaña.
Añadimos una capa de calabacín y cubrimos con dos lonchas de queso. Tapamos con una lámina de lasaña. Echamos un par de cucharadas de bechamel, colocamos unos champiñones y ponemos por encima de ellos otras dos cucharadas de bechamel. Tapamos con una lámina de lasaña. Añadimos una capa de calabacín y ponemos dos cucharadas de bechamel encima de él. Tapamos con una lámina de lasaña.
Cubrimos totalmente con bechamel y añadimos queso rallado a nuestro gusto. Metemos en el horno, que habremos puesto a calentar a 150º. Dejamos que se haga unos 15 minutos. Pasado ese tiempo ponemos la posición de gratinar. Estaremos atentos porque el tiempo depende de cada horno. En el mío está gratinado en dos minutos. Servimos en las mismas cazuelitas o emplatado