Hoy ponemos a vuestra disposición uno de nuestros platos favoritos, la lasaña de gambas, pero es que además la hemos acompañado de unos espárragos trigueros de temporada y en la bechamel hemos añadido un picado de hiervas, con lo que el resultado está simplemente para chuparse los dedos y rechupar el plato (siempre que no te vea nadie, jajaja).
En una sartén con un chorrito de aceite doramos vuelta y vuelta las gambas, menos de un minuto por cada lado para que suelten el jugo. Sacamos y reservamos el aceite.
Pelamos las gambas y hacemos un caldo con las cabezas, las cascaras, el laurel y un poco de agua. Después de 15 minutos colamos el resultado y nos guardamos un vaso del caldo (150 ml).
En el mismo aceite donde hemos dorado las gambas, pochamos bien la cebolleta cortada en pluma fina y los trigueros en trocitos finos.
Después de un par de minutos podemos añadir de forma opcional la cayena cortada en trocitos pequeños para añadir a continuación un chorrito de cognac y las gambas peladas. Flambeamos todo un minuto. Apagamos y separamos un par de cabezas de trigueros y un par de gambas para decorar.
Para la bechamel, comenzamos derritiendo la mantequilla en una olla a fuego lento. Añadimos la harina y rehogamos bien antes de ir añadiendo poco a poco la leche sin dejar de remover para conseguir una textura fina.
Una vez acabada la leche continuamos con el caldo de gambas que habíamos reservado. Una vez consumido todo el caldo, dejamos, sin parar de remover un minuto más hasta que coja la consistencia deseada, una salsa fina y no muy densa. Apagamos y añadimos la picada de albahaca, perejil y orégano. Removemos y probamos. Salpimentamos al gusto.
En una fuente para horno vertemos un poco de salsa y vamos montando la lasaña. Empezamos por dos hojas de pasta y ponemos encima parte de las gambas y una dosis de bechamel, tapamos con otras dos hojas de pasta y repetimos hasta acabar el relleno (a mi me dio para tres pisos).
Cubrimos el último piso con la bechamel restante y espolvoreamos con el queso fundido. Acabamos con un poco de perejil picado y un puñado de pan rallado para que el gratinado quede bien crujiente.
Metemos al horno durante 20 minutos y luego encendemos el gratinador y lo dejamos 5 minutos más.
Sacamos, cortamos en dos partes y decoramos con las gambas y trigueros que habíamos reservado. Servimos bien caliente.
Un blanco muy afrutado de Alsacia, con Gewüstraminer o un tinto muy muy ligero y frutal de navarra serían dos maridajes estupendos.
Comentarios de los miembros (11):
Buenísima receta
Parece muy sabrozo, probaremos
Me encanta esta receta
Parece muy apetitosa
Genial
BUENISIMO
Muy sana esta lasaña
DE RECHUPETE
Esta receta pinta buenísima.
Excelente