Comenzamos preparando el caldo o fumet que enriquecerá nuestro plato.
Para ello ponemos en una sartén o una cacerola baja, la cabeza de congrio abierta, el puerro y la zanahoria, con un par de vasos de agua.
Conforme vaya evaporando el agua podemos reponer hasta un total de un litro.
El caldo resultante, tras 20 minutos cociendo, tendrá mucha gelatina del congrio, lo colamos bien y lo reservamos para después, mejor en caliente.
En otra sartén grande o cacerola baja, o cazuela de barro, pochamos despacio la cebolla cortada en juliana, junto al trozo de pimiento rojo, y cuando está bien hecho,
Añadimos el tomate picado en cuadraditos y cubrimos con rodajas de patata de medio centímetro aproximadamente, como en la foto anterior.
Freimos todo unos minutos y le incorporamos los medallones de congrio.
Puede ser comodo sacar la carne del congrio y meterla en el guiso ya limpia, pero si lo hacemos con piel, la textura del caldo será aún mejor, y total, luego el congrio se limpia con mucha facilidad.
Una vez hemos puesto los medallones encima de las patatas,
Añadimos el caldo que habíamos reservado calculando que hay que echar hasta que cubra todas las tajadas. Podéis verlo en la foto de arriba.
Ahora, sólo hay que esperar 5 - 7 minutos, pues el congrio se hace enseguida.
Para rematar el plato, el secreto fundamental, añadir un buen chorro de nata líquida, y unas gambitas.
Mover bien y en dos minutos, estará listo para llevar a la mesa.