Picamos los ajos y el perejil, y los mezclamos con la carne picada junto con un poquito de sal y pimienta. Metemos en un bol, tapamos con papel film y dejamos así toda la noche. Al día siguiente, pelamos y lavamos las patatas. Les hacemos un agujero en el centro(con ayuda de un vaciador de patatas) y con mucho cuidado, vamos vaciándolas. Las reservamos cubiertas de agua.
En una sárten con un fondo de aceite, rehogamos una cebolla muy picadita, y en cuanto comience a estar transparente, añadimos la carne. La rehogamos hasta que cambie de color, y vertemos el vino blanco. Dejamos que se evapore casi en su totalidad.
Apartamos la sárten del fuego y dejamos que repose 10 minutos. Mientras, vamos secando las patatas colocándolas sobre papel absorvente, con al agujero central hacía abajo. Rellenamos las patatas, y taponamos el agujero del relleno, colocándolas también boca abajo en la harina.
Las freímos en aceite muy caliente, de nuevo con el agujero del relleno boca abajo. Una vez tostadas por ahi, les damos la vuelta y las acabamos de dorar por completo. En una olla, echamos los puerros, un poquito de perejil , y la otra cebolla picados, las rehogamos con un chorrito de aceite. Seguidamente vertemos un vaso de agua y otro de vino blanco. Salpimentamos y llevamos a ebullición.
Apartamos del fuego y mismo en la olla, pasamos todo por la batidora. Colocamos las patatas dentro y dejamos cocer a fuego medio bajo, hasta que estén blanditas.