Es un plato barato, rápido y muy rico, que les va a encantar a los niños y no tan niños y que además bien ilustrado puede ser una receta elegante y propia de una comida o cena “medio que”. En cualquiera de los casos, os va a gustar un montón, a aquellos que la hagan claro.
Antes que nada preparamos la salsa. En un vaso de batidora, ponemos la nata, el queso y las nueces, salpimentamos y trituramos. Meteremos en el microondas un minuto a calentar. Sacaremos y volveremos a triturar. Reservamos.
En una sartén amplia o plancha de asar a fuego fuerte y con el aceite de oliva indicado, sellaremos las pechugas por todos lados, previamente salpimentadas. Ahora bajaremos la candela a fuego medio y terminaremos de hacerlas por dentro, dándole vueltas por los cuatro costados, como un par de minutos por cada lado.
Pues ya solo queda, poner en la base del plato la salsa de queso y nueces y encima las pechugas. En la sartén de las pechugas, en caliente, vertemos la manzanilla, para recoger lo que queda en la misma, un minuto para evaporar el alcohol. Vertemos por encima de las pechugas. Listo