En las navidades pasadas, os propuse una de las recetas más utilizada en mi casa, codornices escabechadas. En aquella receta os contaba, mis recuerdos sobre los mercados de la época, vistosos ellos mostrando las piezas de caza para vender. Pues hace unos días, visitando uno de estos mercados tradicionales, volví a sentirme niño, parece que los mercados de siempre vuelven a cobrar vida. Aunque no en su totalidad, si encontré parecido a lo que yo recordaba.
Aunque puede parecer engorroso, pelar una perdiz, no es una cosa tan complicada, lo que hay que tener, es un poco de maña.
Cogiendo la pieza por las patas, y en sentido contrario a las plumas, damos suaves pero enérgicos tirones.
Así arrancamos todas las plumas. Las más pequeñas son las más complicadas, pero podemos pasar la pieza por el fuego, aunque el olor no es de lo más agradable. Si la colocamos debajo del grifo con agua caliente, servirá igual. Retiramos la cabeza, las alas y las patas.
Limpia la perdiz, dividimos en 4 partes y salpimentamos.
En una sartén o en la misma cazuela donde vamos a guisar, con aceite caliente marcamos las piezas, las doramos por ambos lados hasta que cojan color. Reservamos.
En la misma cazuela, ponemos la cebolla, el puerro, pimiento y el tomate picado. Sofreímos lentamente.
Cuando tengamos todo mas o menos hecho, añadimos la perdiz, una pizca de tomillo y un buen chorro de Oporto, sin miedo. Cubrimos de agua hasta tapar las piezas. Rectificamos de sal.
Dejamos que cueza a fuego medio, hasta que quede tierna, no menos de 60 minutos. Si la pieza es silvestre, como es el caso, debe estar 90 minutos o incluso más. Si utilizamos olla exprés, claramente los tiempos se acortan, pero para esta clase de platos me inclino más por una cocción lenta y controlada.
Terminada la cocción apartamos la carne. En un vaso de batidora, pasamos toda la verdura y el caldo resultante, si este estuviera muy líquido, reducimos en el fuego un poco más.
Podemos acompañar la carne, con unas cebollas pequeñas o con unas cebollitas francesas, que guisaremos a la par que nuestra perdiz, o aparte con un poco de agua y otro chorro de Oporto.
Presentamos la perdiz y cubrimos con la salsa. Adornamos también con las cebollitas. Finalizamos la presentación con unas tiras de hoja de puerro.
Una receta distinta pero tradicional para unas fechas elegidas.
Comentarios de los miembros:
Rxcelente
Cambio apetitoso y diferente
Muy ricas