Templar la leche y deshacer la levadura en ella. Mezclar con el resto de los ingredientes y formar una bola. Poner un bol con agua templada y meter la bola de masa madre en él. Cuando flote, en aproximadamente 10 minutos, estará lista para utilizar con la masa principal.
Mezclar la levadura desmenuzada con la leche tibia para su fermentación. Tamizar la harina en un bol con la ayuda de un colador. Una vez tamizada, añadir los huevos, el azúcar y la mantequilla, una pizca de sal,el agua de azahar, los aromas y la masa madre.
Mezclar todo de una manera enérgica. Poner la mezcla sobre la mesa de trabajo, en la que previamente hemos puesto un poco de aceite para evitar que se nos pegue. Comenzar a amasar con las manos aceitadas.
Cuando haya quedado la mezcla elástica, apiñarla en una bola y dejar que aumente su tamaño ya la dejar cinco horas, mas o menos. Una vez que la masa ha duplicado su volumen, dividirla en dos y darles forma de bola. Dejar reposar las bolas cinco minutos.
A continuación darles la forma de roscón. Para ello, introducir los dedos en el centro e ir agrandando el agujero. Si la masa tiende a encogerse, es que no está bien relajada: dejarla reposar otros diez minutos y se manejará mejor. Una vez dada la forma, colocar sobre una bandeja de horno en la que habremos puesto papel de hornear.
Dejar reposar hasta que doblen su volumen. Este levado es más corto, unas dos horas. Pintar con huevo batido, muy suavemente, sin pinchar el roscón, y adornar con azúcar humedecido con unas gotas de agua y frutas confitadas.
Precalentar el horno a 200°, calor arriba y abajo. Hornear entre 15 y 18 minutos, y bajar la temperatura a 180° los últimos 10 minutos de cocción los pasos que indica Su en el tutorial para hornear y me quedo de lujo. Dejar reposar sobre una rejilla, y cuando esté frío, rellenar al gusto o comer directamente.