Preparamos la masa madre mezclando todos sus ingredientes y amasando hasta que estén bien integrados, luego le damos forma de bola y la ponemos en un bol cubierta de agua templada, cuando la bola flote y doble su tamaño estará lista para usar.
Cogemos los huevos y separamos las yemas de las claras y las montamos por separado, luego de tener ambas bien montadas las juntamos y las batimos un poco más. Ahora tendremos que ir incorporando el azúcar poco a poco batiendo hasta que no se noten los granitos.
Trituramos los palitos de canela, la matalauva y el clavo y se lo añadimos a la masa junto con la ralladura de limón, y volvemos a batir. Ahora poco a poco iremos añadiendo intercalando un poco de harina y un poco de la masa madre y amasamos, es una masa un poco dura así que costará algo de trabajo amasarla a mano, pero vale la pena.
Cuando la tengamos amasada le damos la forma como si fuera de barra de pan pero igual de ancha por todas partes, aproximadamente medirá 45x8. Sobre la mesa de trabajo ponemos algunos granos de matalauva y ponemos encima la parte superior del pan para que se peguen. Abrigamos bien la masa y la dejamos reposar unas 12 horas en las que tendrá que fermentar.
Precalentamos el horno a 150ºC y mientras se calienta le hacemos unos cortes profundos al bizcocho (sin llegar a cortar del todo) a lo ancho para formar las rebanadas, y en cada rebanada clavamos unas almendras bastante profundas para que no se salgan. Metemos al horno durante 1 y 1/4 horas aproximadamente. Sacamos del horno y cortamos en rebanadas.