O casi! Se rumorea que el árbol de café es más viejo que el hombre en la tierra. Lo que parece cierto en cualquier caso, es que el árbol de café, como el hombre, nació en Etiopía.
También se dice que un joven pastor, sorprendido un día por el estado de fuerte excitación de sus cabras, le echó la culpa a las hojas y frutos de los cafetos que las cabras chispeantes comían con ansia.
Luego viene el cruce de Yemen y el Imperio Otomano. La preciosa semilla llega a Europa antes de volver a embarcarse en las plantaciones de las Antillas. Por lo tanto, es necesario esperar hasta el siglo XVII para que el café se consuma con fervor en Italia y luego en París.
Una bebida indispensable, el café es delicioso y además aromatiza tus postres.
Puedes usarlo recién hecho, en aroma, en esencia, en extracto... y sobre todo queda genial con el chocolate.
El café, esencial en el tiramisú. También, mezclado con crema pastelera para rellenar choux, en helado o mezclado con nata o huevos para hacer una mousse de miedo. Si lo que quieres es un postre suave en porciones individuales, mezcla el café con mascarpone para crear una crema esponjosa que podemos presentar en vasitos decorados con sirope.