Templar el agua a 40°. Mezclar las harinas con la levadura y la sal en un bol, añadir casi toda el agua para ver como va quedando la masa, mezclar bien con una cuchara de madera, añadir un puñadito de semillas.
Dejar que la masa fermente durante al menos dos horas, tapada y si puede ser, cerca de una fuente de calor, aunque yo la cubrí con unos pañitos en lo metí en el horno apagado. Transcurrido este tiempo, disponer la masa en un molde tipo plum cake, sobre un papel de hornear. Humedecer ligeramente las manos, aplanar la superficie y espolvorear con semillas de calabaza. Hacer cortes transversales con un cuchillo.
Introducir el molde en el horno, previamente precalentado a 220 grados, durante 15 minutos, para formar la costra (en la receta original pone 25 minutos), pasado este tiempo bajar la temperatura a 175 grados y seguir horneando durante 25 minutos (en la receta original pone 35 minutos).
Sacar el pan del horno, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla. Cuando se enfríe, ya se puede comer. Congelar en rebanadas y a la hora de consumir se descongela muy bien.