Empezamos confitando el bacalao, para ello ponemos abundante aceite de oliva en una sartén o cazuela y lo ponemos a fuego muy suave. Para un resultado óptimo el aceite debe alcanzar una temperatura entre 60 -80 ºC, con la ayuda de un termómetro de cocina controlamos la temperatura del aceite.
Secamos bien los lomos de bacalao y los introducimos en el aceite caliente, el cual no debe hervir. Si no teneis termómetro podeis saber el punto bueno del aceite cuando al meter el bacalao se forman unas burbujitas y el aceite no hierve a borbotones. Cocinamos a fuego lento muy suave durante 20 minutos. Sacamos el bacalao y reservamos caliente.
Preparamos la salsa pelando y picando la cebolla y la zanahoria en trozos pequeñitos, lo echamos en una cazuela con un poco de aceite del que hemos utilizado para confitar el bacalao. Echamos una pizca de sal y cocinamos hasta que esté pochado.
Añadimos entonces la mandarina con su jugo, reservando unos gajos para decorar, y añadimos también el caldo de pescado. Cocemos durante 5 minutos.
Pasamos la salsa por la batidora y por el colador chino y volvemos a poner la salsa en la cazuela. Disolvemos una cucharadita de maicena en un poco de agua fria y la vertemos en la salsa, añadiendole una cucharadita de azúcar para restar un poco la acidez de la mandarina.
Removemos bien un par de minutos para que la salsa espese y la reservamos.Para emplatar, colocamos dos o tres lomos de bacalao en el plato y lo cubrimos con un poco de salsa.
Adornamos con los gajos de mandarina y espolvoreamos con un poco de cebollino picado. Y listo para degustar. La salsa sobrante la ponemos en una salsera y la llevamos a la mesa. Espero que os guste, a nosotros nos ha encantado.
Comentarios de los miembros:
Maravillosa, excelente en todo agasajo y muy fácil de elaborar.