Lo primero, como siempre y especialmente si trabajamos con alimento crudos, es lavar y secar todos los ingredientes. Efectivamente, los quesitos no, esos vienen lavados de la fábrica.
Cortamos en cuadrados pequeños los dos pimientos y el tomate, añadimos la sal y reservamos. Es importante que si queréis añadir sal lo hagáis en este punto y no sobre la pera, lo bueno es que la pera mantenga todo su dulzor para que contraste.
Partimos las peras a la mitad, yo siempre procuro cortar el rabo en dos, para que ambas mitades conserven un poco de rabo, es algo totalmente estético, pero creo que le da un toque simpático. Les quitamos las pepitas centrales y les hacemos una “base” cortando un poco el apoyo.
Vaciamos parte de la pera con ayuda de un saca bolas. A mí me gusta dejar la parte alargada sin vaciar, para que tenga más aspecto de pera.
Rellenamos las 4 mitades con la mezcla de verduras, terminamos con parte de la pera que hemos vaciado y dos pedazos de quesito (o queso fresco).
Nos sobrará bastante pera, la podemos utilizar para una mermelada, tarta o congelar hasta que se nos ocurra que hacer con ella, en un recipiente hermético aguanta un mes en el congelador.
Para emplatar podemos poner dos mitades, si queremos servirlas como primero, o una mitad por persona, si queremos que sean un entrante.
Terminamos el plato con una guarnición de canónigos. No es necesario añadir salsa, pues la pera es lo suficientemente jugosa, pero podéis poner unas gotas de reducción de acetato balsámico de Módena si queréis.
Estamos seguros que con este plato adquiriréis el títulos de en pera triz/dor de vuestra cocina.