Aplastamos las rebanadas con un rodillo hasta dejarlas muy finas.
Untamos con mahonesa solo el centro de las rebanadas para evitar escapes al doblar
Ponemos encima los espárragos escurridos y sin cortar.
Para que queden mejor distribuidos, se coloca uno para arriba y otro para abajo, pues como luego los vamos a cortar por la mitad, así en todos los pañuelos quedan puntas y tallos.
Doblar el pan de molde juntando punta con punta. Sujetar con un palillo para que no se abran.
Partir por la mitad con un buen cuchillo.
Hornear solo con el gratinador encendido para que se tuesten ligeramente para obtener un bonito color y una textura crujiente.