Lo primero trituramos las espinacas cocidas y el perejil en tres vasos de caldo de ave y lo reservamos. En una cazuela calentamos el aceite y doramos la cebolla y el ajo picados. Cuando la cebolla esté transparente, echamos el arroz y rehogamos a fuego vivo.
A continuación, regamos el arroz con un vaso de vino blanco, moviéndolo con una cuchara de madera hasta que se evapore el vino. Poco a poco, ir añadiendo el caldo de las espinacas sin dejar de mover durante toda la cocción. Salpimentar.
Cuando el arroz esté hecho, retirarlo del fuego e incorporar la nata y el queso parmesano (guardar un poco para decorar), dejarlo unos 6 minutos reposar y servir decorado con queso.