Lo primero que tenéis que recordar es que la carne debe estar templada, por lo que no la sacaremos en ese momento de la nevera, sino que una o dos horas antes de la hora prevista de la comida, la dejaremos a temperatura ambiente.
Lo segundo, calentaremos la plancha, si es eléctrica o teppanyaki, la enchufaremos unos 5 minutos antes de comenzar su preparación, y si es de mármol o de piedra, calentaremos ésta en el horno puesto a 220º durante unos 20 minutos para que la piedra tenga (y mantenga) su calor.
Una vez caliente la plancha, cortaremos un trozo de la grasa de la carne, y lo pondremos sobre la plancha, para luego cocinar la carne con la grasa o aceitillo que soltará. No es necesario barnizar la carne con aceite, ni añadir aceite sobre la plancha. La grasa es ese trozo junto al entrecot.
En seguida, colocamos la pieza de carne sobre la plancha y dejamos que se marque unos 3 minutos por cada lado, hasta que parezca que se churrusca, (sin pasarnos). En este proceso no habremos utilizado sal.
Una vez la carne tenga este aspecto, la pasamos a la tabla y con un cuchillo bien afilado, la cortaremos transversalmente en cortes de aproximadamente medio centímetro, tal como véis en la foto siguiente. No os preocupe que por dentro esté crudo.
Posteriormente, cada uno de los comensales, pasará las piezas hasta el punto deseado. A mí me gusta la carne poco hecha, algo menos del punto, aunque cada uno puede hacerlo hasta la cocción deseada. (Me encantan estas fotos). Luego cada uno, se añade en sus tajadas unos cristalitos de flor de sal y si os gusta, unos toques de molinillo de pimienta negra recién molida.
Servir con unas patatas fritas en aceite de oliva virgen extra. A mí me encanta hacerlas en una sartén antigua, de esas negras con puntitos blancos, bastante profunda que las deja estupendas.
Gracias! Nos alegra mucho que estos consejos te hayan resultado útiles.