Lo primero que vamos a hacer es preparar el Tomate confitado. Pelamos los tomates. Los cortamos en trocitos. Los ponemos en un cazo junto con el azúcar y la pimienta. Ponemos a fuego suave unos 20 o 30 minutos a fuego suave, sin tapar. Al principio tendrá mucha agua... pero poco a poco se irá reduciendo, entonces hay que vigilarlo para que no se nos pegue. Así queda. Reservamos.
Hidratamos las placas de lasaña según nos indique el fabricante, en este caso unos 10 minutos en agua caliente. Pelamos 3 cebolletas y las picamos. Las ponemos en una sartén con aceite de oliva virgen extra y pochamos a fuego suave. Cuando empiecen a dorarse añadimos los piñones.
Quitamos la tripa a las morcillas. Troceamos y añadimos al sofrito. Removemos un poco... y añadimos medio vaso de agua, dejamos cocinar unos 5 minutos. Incorporamos el tomate confitado (dejamos un par de cucharadas sin poner). Dejamos cocinar otros 10 minutos a fuego suave.
Ponemos en la fuente el tomate confitado que habíamos apartado. Una capa de placas de pasta. Una capa de relleno. Y repetimos esta operación dos veces más, y terminamos con una de pasta. Cubrimos con bechamel. Ponemos el queso rallado. Introducimos en el horno precalentado a 180º unos 20 minutos. Servimos.
Comentarios de los miembros:
Bien
Cada vez que la hago sale más rica...