Lo primero cortamos la pechuga, en trocitos de bocado, para no necesitar el cuchillo. Una vez cortada, condimentamos las tajadas con un poco del sobre de especias, y freímos en aceite bien caliente.
Reservamos el pollo una vez frito. Mientras, hemos puesto a cocer la pasta. Nosotros usamos papardelle esta vez, pero podéis hacer esta receta con Spaguetti, o cualquier pasta larga, casera, fresca o seca, como la que usamos nosotros.
Una vez esté la pasta a nuestro gusto, la escurrimos y reservamos para luego rehogar.
En un recipiente, ponemos el Aceite de Oliva y le añadimos un tercio del sobre de las especias. Lo desleímos bien y lo añadimos a la sartén en la que freímos el pollo.
Una vez bien caliente, rehogamos los papardelle durante 2 minutos, en ese aceite especiado.
Servimos en plato hondo, coronando los papardelle con las tajadas de pollo. Más sencillo no puede ser, y está francamente bueno.