Lavamos las patatas con la piel y las secamos. Ponemos a calentar el horno a 175º. Partimos las patatas en gajos (con la piel).
En una fuente de horno, ponemos el aceite, las patatas, las guindillas, la sidra y la cebolla.
En un vaso de agua caliente, deshacemos la pastilla de caldo y lo echamos por encima de las patatas. Se puede poner un poco de sal, tenemos que tener cuidado, las pastillas de caldo suelen ser saladas.
Lo metemos en el horno 30 o 40 minutos (depende de las patatas si son nuevas o no, pinchamos con un palillo a ver si están blandas).
Yo las dejo hasta que están doradas.
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