¡Comida perfecta para el invierno, o para cualquier momento especial! Fácil, rápido y riquísimo, ¿a qué esperas para sorprender con este plato casi perfecto?
Lavamos y pelamos las patatas. Calentamos agua en una olla mediana y, cuando rompa a hervir, cocemos las patatas en rodajas de alrededor de 1cm de grosor. Las dejamos hervir durante 5 o 10 minutos, que se ablanden un poquito, y mientras tanto en una sartén calentamos 6 cucharadas de aceite y reahogamos la cebolla y el jamón serrano durante 5 minutos.
Ponemos una fina capa de nata en la fuente y vamos colocando las lonchas de las patatas, previamente escurridas, hasta cubrir la fuente. Añadimos la cebolla y el jamon serrano, un poco de tomate en lonchas, lo que nos queda de patatas y el resto de la nata.
Para acabar colocamos las lonchas de queso cheddar para que cubran las patatas, añadimos el queso rallado (la cantidad que queráis) y al horno a 200º durante 40 minutos. Aunque mejor durante una hora si podéis estar vigilando. ¡Y a disfrutar!