Sazona el salmón con sal y pimienta, y asegúrate que este seco (pásalo por papel toalla).
Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en un sartén por 2 o 3 minutos. Coloca el salmón con el lado de la piel para arriba, y baja el fuego a medio.
Deja sin voltear por aproximadamente 10 minutos (dependiendo de que tan cocido te gusta), hasta que forme una costra dorada. Voltear usando pinzas o una espátula (evade pinchar el pescado), por 3 minutos.
Por otro lado, calienta el resto del aceite de oliva hasta muy caliente, y saltea las cebollas hasta dorarlas, de 6 a 8 minutos. Agrega vinagre, azúcar, y 1/2 cucharadita de sal y baja el fuego.
Cuando la salsa se haya espesado un poco (unos 2 o 3 minutos), retirar de la hornilla. Añade la mantequilla y mueve hasta incorporar.