Limpiamos bien las sardinas, y les quitamos la cabeza y las espinas. Después las lavamos y secamos bien con papel absorbente. Sazonamos con el sal y el zumo del limón exprimido y las ponemos en una fuente refractaria. Añadimos los ajos, el perejil bien picadito y regamos con aceite de oliva.
Introducimos en el horno precalentado a 200 ºC y asamos durante unos 15 minutos.
Servimos las sardinas bien calientes y acompañamos, por ejemplo, con una bandeja de patatas asadas.
Esta forma de preparar las sardinas, al horno, nos evita esos malos olores que siempre quedan en casa cuando las freímos.
Lo cierto es que el olor de las sardinas asadas es bastante fuerte pero cocinadas en el horno el olor se reduce bastante.