En un lebrillo machacar los dientes de ajo con la sal, añadir los pimientos troceados y seguir machacando. Agregar el tomate y machacar igualmente, dejando los trozos no muy pequeños. Ahora añadir el agua bien fría (un litro y medio aproximadamente) y bastante vinagre.
Echamos el pan en trozos sobre el lebrillo y asentamos con una cuchara para que se empape todo el pan (nosotros tuvimos que cambiar del lebrillo a otra fuente mas grande para que cupiese todo). Dejamos reposar un buen rato. Después del reposo picamos el pepino y la cebolla sobre la fuente. Sólo usamos medio pepino del que se ve en la primera foto.
Con la ayuda de una tapadera un poco mas pequeña que el lebrillo vamos vaciando el caldo en una jarra, apretando bien el pan y las verduras para que queden bien escurridas (de este paso no hay foto porque me faltaban manos). Una vez escurrido todo el caldo, regamos el contenido del lebrillo con abundante aceite de oliva.
Ya tenemos preparado el almuerzo y la bebida con el mismo trabajo! Cuando quedaba poco contenido en el lebrillo, se solía añadir atún, huevo duro y mas aceite, lo machacaban todo junto y ya tenían listo el segundo plato.