Pelamos las zanahorias y las torneamos, también las podemos cortar en rodajas o como mejor nos parezca.
En una cazuela, con agua y sal las cocemos durante unos 7-8 minutos a fuego suave, lo justo para que queden un poco duras. Las colamos y las pasamos por agua fría.
En una sartén fundimos la mantequilla, añadimos las zanahorias y las espolvoreamos con una cucharada de azúcar.
Las rehogamos durante unos 5 minutos a fuego lento y para acabar las decoramos con perejil y menta picados.