Lo primero haremos la base triturando las galletas, añadiremos la mantequilla y trabajaremos hasta hacer con ella una masa uniforme. Extender la masa sobre la base de un molde desmontable previamente forrado con papel de horno y apretarla con los dedos hasta dejar una base compacta. Meter en la nevera.
Ahora le toca el turno a la bavarois. Triturar los pistachos hasta dejarlos hechos polvo y reservar. Hacer una crema con la leche, la nata 35%, las yemas y el azúcar. Hacer con thermomix y, como me quedó bastante espesa, me tocó añadir un poquitín más de leche. Programé 7 min, 90º, vel 4, vamos como si fuera una crema pastelera. Mientras se hace poner a remojo, en agua fría, las hojas de gelatina. Añadir la gelatina escurrida por el bocal y programar un minuto más.
A mitad del tiempo añadir el polvo de pistachos reservado. Cuando la crema esté a 40º mezclar con la nata montada con movimientos envolventes. Verter sobre la base de galletas y volver a llevar a la nevera hasta que cuaje, por lo menos 2 horas. Poner la mermelada junto a la leche en un cazo al fuego y, cuando esté muy caliente, añadir los sobres de gelatina de fresa. Remover bien hasta que esté totalmente disuelta. Montar la nata y añadir la mezcla anterior casi fría.
Integrar bien con movimientos envolventes. Volcar sobre la bavaroise de pistacho y alisar bien la superficie con una espátula. Espolvorear con las virutas de chocolate, decorar con los pistachos y las fresas y volver a introducir en la nevera durante toda la noche. Al día siguiente pasar un cuchillo por todo el borde y quitar el aro con cuidado. Retirar el papel de horno y colocar en el plato donde se vaya a servir.