De los dulces típicos de Navidad, a mí los que más me gustan son los pasteles de Gloria.
Esta tarta está hecha partiendo de los mismos ingredientes, y su sabor es muy parecido. Últimamente se pueden encontrar boniatos (o batatas) en la mayoría de supermercados durante todo el año, así que podemos disfrutar de este dulce en cualquier momento, no solo en época de Navidad.
Me encanta esta tarta para una merienda junto a una taza de café.
Cocemos los boniatos en un recipiente apto para microondas, tapado y con un poco de agua, durante 10 minutos. Los dejamos enfriar, los pelamos y los machacamos con un tenedor.
Extendemos la pasta brisa, o quebrada, en un molde desmontable acanalado. Pinchamos ligeramente la superficie con un tenedor y lo metemos en el congelador durante 15 minutos. Encendemos el horno a 200º, calor solo abajo.
Echamos el boniato en la batidora y lo batimos con las dos cucharadas de azúcar glass y la canela. Reservamos. En un recipiente, mezclamos la almendra molida, el azúcar glass, el huevo batido, la maizena y el brandy. Mezclamos con una espátula hasta obtener una crema homogénea. Si fuera necesario, se le añade un poco más de brandy o agua.
Sacamos el molde del congelador y ponemos el puré de boniato en el fondo. Encima extendemos la crema de almendras. Esparcimos la almendra laminada por toda la superficie y metemos al horno durante 30 minutos. Durante los últimos 3 minutos, encendemos el grill al máximo para que se nos dore la superficie, teniendo mucho cuidado de que no se nos queme la superficie.
Cuando esté fría, la desmoldamos y pincelamos la superficie con la mermelada de albaricoque calentada en el microondas.