La Tarta Linzer (o Linzertorte) es típica de Austria, está considerada como la más antigua del mundo y se hace con confitura de frambuesas. La masa está perfumada con canela y clavo, y es muy vistosa porque se presenta con una celosía o enrejado sobre el relleno hecho con la misma masa de la tarta.
Para la masa: Primero ponemos en un bol la mantequilla pomada junto al azúcar glas y mezclamos hasta que nos quede una crema homogénea.
A continuación añadimos las avellanas y almendras molidas y seguimos mezclando. Después añadimos las especias que son el clavo y la canela y continuamos mezclando.
Por último, nos queda añadir la harina que habremos tamizado previamente en dos tandas. Si vemos que la mezcla no se manipula bien podemos añadir un chorrito de agua o de leche. Una vez que tengamos integrados todos nuestros ingredientes, la pasaremos a un papel transparente y la dejaremos reposando en la nevera 1 hora y 30 minutos.
Montaje: Primero ponemos a precalentar el horno a 180 ºC. Una vez haya reposado la masa reservaremos aproximadamente 1/3 de la masa para hacer la decoración posterior y el resto la entenderemos con un rodillo. El espesor debe ser de aproximadamente 1 cm y una vez que lo tengamos pondremos nuestra base desmontable y recortaremos nuestra base. El molde rizado que he utilizado tiene 23 cm de diámetro y 2,8 cm de alto.
Con la masa sobrante la volvemos a hacer una bola y la entendemos, cortamos tiras con la anchura de nuestro molde y lo vamos forrando. Cuando hayamos terminado presionaremos suavemente contra las paredes y en la unión de la base y por último presionaremos con el rodillo por el borde del molde para retirar el exceso de la masa. Una vez que tengamos forrado nuestro molde proceremos a extender la mermelada de frambuesa de forma generosa.
Con la masa que hemos reservado iremos tomando porciones y haremos "churritos" de aproximadamente 1 cm de espesor e iremos cubriendo la tarta haciendo un enrejado. Y al final volveremos a pasar el rodillo para retirar el sobrante. Por último, con la masa que nos queda hacemos también "churritos" y los colocamos alrededor del molde sobre el enrejado presionando. Y ya sólo nos queda introducir la tarta en el horno a 180 ºC unos 35 minutos o hasta que la pasta adquiera un tono dorado pálido.
Una vez que haya terminado la espolvorearemos con azúcar glas y la introduciremos en el horno durante 5 minutos apagado y al cabo de este tiempo la dejaremos enfriar.