Déjalo todo, porque hoy te ofrecemos la MEJOR salsa del mundo para tu pasta (sin exagerar): ¡el auténtico pesto verde de albahaca! No importa cuántos otros sabores o marcas hayamos probado, siempre volvemos al clásico e inmejorable pesto casero. Y para ser sinceros, esta receta es realmente fácil de hacer.
Así que, saca la batidora, hazte con el ramillete de albahaca más fresco del mercado y sigue el paso a paso de la receta “pesto a la genovesa” que justo te dejamos aquí ↓
Lavar las hojas de albahaca y ponerlas en el vaso de la batidora. Añadir el queso parmesano + los piñones + el diente de ajo (pela previamente y quítale el germen de dentro).
Agregar el aceite de oliva y batir hasta que todo quede con una textura rústica pero más o menos integrado (ver foto).
Verter la salsa en un recipiente hermético, preferiblemente de cristal.
Para un pesto premium: Tostar los piñones en una sartén sin aceite hasta que queden dorados. Freír el ajo picado en aceite de oliva. Dejar enfriar y añadirlos a la batidora junto con la albahaca y el pecorino. Añade un poco de pimienta.
Almacenamiento: Guarda tu pesto casero en un tarro de cristal hermético: asegúrate de cubrir la salsa pesto con una capita de aceite de oliva. Esto evitará que se oxide y se conservará más tiempo.
Mi abuela italiana, y de ahí siempre en casa, lo completaba con un chorrito de leche al final, para darle mayor cremosidad y suavizar el efecto fuerte de los condimentos utilizados. Otra cosa, con un buen queso (y hasta por razones de salud) obviamos totalmente la sal.
La verdad es que va bien con casi todo :D A nosotros nos encanta para acompañar un simple plato de pasta pero no menos en una hamburguesa italiana.