Este es un plato tradicional griego. Se elabora con una combinación de ajo y una base de patata cocida, nueces o almendras o incluso pan duro remojado, y todo ello rociado con un buen aceite de oliva hasta conseguir una emulsión suave. El agua de hervir las patatas se puede reservar para conseguir una salsa más o menos espesa. Yo no le puse porque quería usar la skordalia como dip y untarla sobre unos panes nórdicos que compré.
Se hierve la patata en un cazo con agua y sal durante 15 minutos.
Mientras hierve, machacamos en un mortero los dientes de ajo junto con un poco de sal.
Cuando las patatas están cocidas, se cuela el agua (y la reservas por si acaso quieres la crema más líquida, aunque yo considero que tiene que tener una textura densa).
Se vuelcan las patatas en el robot de cocina, se añade el ajo machacado y 15 ml de aceite. Se tritura, hasta mezclar. Abrimos y añadimos el vinagre. Cerramos y volvemos a triturar. Abrimos y añadimos otros 15 ml de aceite. Repetimos el proceso y terminamos con los últimos 15 ml de aceite.
Pon la skorkalia en un bol, se tapa y se mete en la nevera. Te durará como 1 semana.
Como yo sólo iba a usar 1 patata intenté hacerlo todo en el mortero pero al final tiré de robot de cocina y mucho más cómodo y rápido. Para dejar un dip algo más rústico puedes triturar la patata con un prensa patatas o simplemente con un tenedor, añadir el ajo machacado e ir incorporando el aceite y el vinagre. En Grecia se acompaña al pescado o verdura frita