Sabrosos, sencillos y muy ligeros.
Como guarnición de cualquier plato, en un bocadillo con unos anillos de calamar o sobre una tostada de pan como una tapa, están exquisitos.
Encendemos el horno para asar al grill. Lavamos los pimientos y sin secar los distribuimos en la rejilla del horno.
Debajo de la rejilla pondremos la bandeja del horno con agua o algún otro recipiente grande al que podamos ponerle agua y a la vez recoja la que puedan soltar los pimientos al asarse. Si tenemos cuidado con este punto, nuestro horno quedará igual de limpio que estaba, bastará con pasar un trapo humedo sobre la rejilla y como si nada se hubiera cocinado. El agua la necesitamos porque el vapor que se forma ayuda a que los pimientos se asan fácilmente sin resecarse.
Los pimientos empezarán a tostarse y tendremos que darles vuelta para que la piel quede tostada por todos lados, nos ayudaremos con unas pinzas, con cuidado de no quemarnos. Aunque veamos que la piel se ha puesto negra por algunas partes, esto no significa que los pimientos se hayan quemado.
Ya que estén tostados por todos sus lados, retiramos del horno y colocamos en un bol que taparemos con papel film para que se acaben de asar con el calor que desprenden. Dejamos hasta que enfríen completamente.
Con las manos les vamos retirando pedúnculo, piel y semillas. Para facilitar la labor ponemos un cuenco con agua a un lado y nos vamos mojando los dedos para quitarnos la piel y semillas que se nos adhieren. Este paso es muy fácil ya que la piel sale en trozos muy grandes. Es muy importante que no mojemos los pimientos, cogen agua y pierden sabor, para ello el cuenco con agua. Una vez limpios de piel y semillas, los cortamos a nuestro gusto, yo hago tiras.
Pelamos los dientes de ajo y cortamos en láminas finas. En una sartén ponemos un chorrito de aceite de oliva, calentamos, añadimos los ajos, le damos unas vueltas y sin que cojan color vaciamos los pimientos, revolvemos bien.
Dejamos a fuego suave para que se integren con los ajos, añadimos azúcar para mitigar la acidez del pimiento y salamos. A fuego los tendremos muy poco tiempo, solamente lo necesario para que cojan el sabor del ajo y se sazonen bien, los pimientos ya están suaves y necesitamos que las tiras tengan cuerpo y no se hagan demasiado.