Esta receta tiene un ligero toque dulce por la zanahoria que lleva en su salsa y cuyo sabor se enriquece de un día para otro. Es una receta casera de toda la vida y que todo cocinillas debe tener en su repertorio de cocina. Congela perfectamente y es estupenda para llevar en túpper a la oficina.
En un bol se mezcla el pan con la leche y se deja un rato para que se empape bien el pan.
En un mortero se pican todos los ingredientes de la picada. Reservar.
En otro bol grande se mezclan las 2 carnes, sal, pimienta, perejil, ajo picado, el huevo y la mezcla de pan y leche. Amasa para mezclar todo muy bien. Yo no necesité añadir pan rallado para darle más textura a la mezcla. Se forman bolitas de 40 gr. y se pasan por harina antes de freírlas ligeramente. En la web de Gallina Blanca utilizan 100 ml de aceite pero a mi me pareció excesivo, usé menos. Una vez fritas se reservan. No tienes que freirlas mucho, sólo para sellarlas, ya que se terminarán de cocinar más tarde.
En este mismo aceite se fríe la cebolla picada a fuego bajo durante 20 minutos. Añadir sal para evitar que se queme. Pasado este tiempo añadir la zanahoria y cocinar 8 minutos más:
Añadir el vino blanco y dejar reducir. Añadir 2 cucharadas de tomate frito y cocinar 5 minutos más:
Añadir las albóndigas y cubrir con el caldo de pollo. Se lleva a ebullición y una vez que rompa a hervir bajar el fuego, tapar la olla y dejar cocer 20 minutos:
Si te salieron secas y ahora quieres quitarle el pan mojado en leche quedarán más secas. Yo me he acabado de comer y creo que estan perfectas.