Ponemos las judías en remojo el día anterior. Desalamos el bacalao metiendolo en agua y cambiandola varias veces hasta que pierda la sal.
Limpiamos las almejas con agua salada para que se abran y suelten la arena que tengan.
En una cacerola se ponen las judías y se cubren con agua. Cuando rompan a hervir se tira el agua y añadimos de nuevo agua fria. Incorporamos la hoja de laurel, media cebolla, un par de ajos y un poco de sal.
Dejamos cocer unos 40 minutos a fuego lento. Mientras aclaramos bien las almejas. En un cazo con 6 cucharadas de aceite caliente, rehogamos la otra media cebolla bien picada, con ajo y perejil machacado, echamos las almejas, el bacalao y movemos con cuidado para que no se rompa.
Vertemos el vino y dejamos cocer unos minutos hasta que se abran. Una vez cocidas las judías, sacamos los ajos y la cebolla y lo trituramos lo incorporamos al guiso junto con las almejas y dejamos cocer durante 5 minutos más.