Lo primero que tenemos que hacer es rehidratar los boletus. Para ello los introducimos en agua muy caliente y los dejamos reposar en ella durante una hora.
Sacamos, dejamos que se sequen y reservamos el agua, que habrá adquirido un tono parduzco. Cocemos las placas de lasagna según las indicaciones del fabricante y las reservamos.
Picamos en trozos pequeños las cebolletas y en trozos cuadrados de 1 cmx 1 cm el jamón cocido. En una cazuela baja y ancha ponemos la mantequilla con un chorrito de aceite de oliva v.e. y rehogamos las cebolletas a fuego medio hasta que estén transparente.
A continuación añadimos el jamón troceado y lo cocinamos todo junto hasta que esté dorado. Incorporamos los boletus, los cocinamos dos minutos, añadimos el perejil picado fino y salpimentamos. Apartamos del fuego y reservamos.
Seguidamente preparamos la velouté. Calentamos la mantequilla, añadimos la harina, cocinamos un poco y vamos incorporando el caldo de los boletus y la leche mientras vamos removiendo y dejamos cocer. Mezclamos bien con las varillas y salpimentamos.
Finalmente sólo queda montar la lasagna. Untamos con mantequilla una fuente apta para el horno y colocamos 3 láminas de lasagna. Sobre ellas extendemos una capa de la mezcla de los boletus, después otra capa de láminas de lasagna y sobre ellas una capa de la velouté.
Repetimos una vez más todas las capas y acabamos con una buena capa de queso rallado al gusto. Metemos al horno a 180º hasta que el queso esté dorado. Sacamos y servimos caliente. Para los que les guste el sabor de los boletus, esta lasagna tiene un aroma impresionante.