Es fácil comenzar con lentejas, ya que es de las recetas que pones todo en el puchero y adelante. En este caso concreto, ponemos en una olla las lentejas, el chorizo y la hoja de laurel. Cubrimos con agua como algo más de un centímetro por encima del nivel de las lentejas.
Picamos media cebolla, a tu gusto, pero nosotros la hemos puesto pequeñita, para que se cocine bien y casi desaparezca después de la cocción. E igualmente picamos la zanahoria en rodajitas, después de lavada y pelada. Añadimos ambas cosas a la olla.
Le damos calor fuerte para que empiece a hervir y en ese momento lo bajamos a fuego lento. A partir de aquí, el tiempo de cocción total será de unos 30 minutos, dependiendo de la fuerza de la cocción, pero aproximadamente irá por ahí. Como véis la cocina no es una ciencia exacta en muchos casos…
Cuando llevamos unos 15 minutos comenzamos a preparar el sofrito que vamos a añadir al guiso. Picamos la otra media cebolla y la pochamos con una cucharada de aceite en una sartén. Cuando este transparente añadimos el tomate. Muy picado también. Rehogamos un poco junto a la cebolla.
Ponemos una cucharadita de pimentón dulce y lo rehogamos. Incorporamos el sofrito sobre las lentejas y dejamos cocer unos 10/15 minutos más. En mi caso le puse también una cucharada de harina, pero el resultado es que te espesa mucho el caldo. Si ese es tu gusto a por ello.
No te olvides de remover de vez en cuando las lentejas. De novato a novato, las primeras veces, hasta que le pillamos le truco al calor, es posible que le demos demasiado y se nos intenten pegar en el fondo. No las dejaremos y lo solucionamos removiendo. La cata. Salsa espesa para mi gusto y un poco light. Se hecha de menos algo más de fuerza… (lease morcilla y oreja).