Descongelar las láminas de hojaldre 1 hora antes de su uso. Pasarle el rodillo a una de ellas con un poco de azúcar. Forrar la base y los lados de un molde con esta lámina recortando la masa sobrante.
Presionar bien por los laterales y luego pincharla con un tenedor. Preparar la crema de queso mezclando el queso, el azúcar y la nata. Ponerla en el molde encima del hojaldre. Cubrir lo con mermelada de arándanos.
Poner azúcar en la mesa de trabajo y colocar encima la otra lámina de hojaldre, le pasamos el rodillo y le damos forma circular. Recortamos la masa que nos pueda sobrar. Éste círculo tendrá que ser un poco más pequeño que el anterior para que la espiral quede dentro del molde y no sobresalga.
Recortar una forma de espiral un poco gruesa y pincharla con un tenedor para que no suba mucho. Colocarla despacio y delicadamente sobre la tarta.
Presionar las dos masas con los dedos para sellarlas. Pintar la masa con el huevo batido. Cocerla en el horno precalentado a 200º unos 20 minutos o hasta que esté doradita.
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