Hojaldre y masa quebrada ¡descubre cuándo y cómo utilizarlas!

En el vasto (y sabroso) universo de las tartaletas, quiches y empanadas, elegir la masa adecuada es el primer paso para lograr una receta exitosa. Existen dos masas que, por su sabor y textura, resultan realmente útiles en la cocina; seguro que ya las conoces: la masa quebrada o masa brisa y la masa de hojaldre. Ambas tienen sabores y texturas muy particulares y resultan irresistibles, pero ¿sabrías elegir cuál es la mejor opción dependiendo de la receta? ¡Vamos a conocer las particularidades de cada una para hacer que nuestras recetas brillen todavía más!
Masa quebrada: la base para todos los gustos
La masa quebrada o masa brisa es rápida y fácil de preparar, hasta un niño podría hacerla. Solo necesitas harina, mantequilla, huevo, agua (opcional) y una pizca de sal (o de azúcar en caso de que vayas a utilizarla para elaborar postres). Es una masa que se utiliza tanto para elaboraciones dulces como saladas. Su textura crujiente, un tanto arenosa pero firme la convierte en la opción ideal para soportar rellenos jugosos sin deshacerse. Por tanto, resulta muy adecuada para elaborar recetas saladas, como quiches y otro tipo de tartaletas saladas, porque la base se mantendrá sólida y crujiente. Sin embargo, también combina muy bien con una capa de frutaa, aportando estructura sin eclipsar el sabor del relleno.
¿Cuándo usarla?
La masa quebrada es perfecta tanto para platos dulces como salados, por ejemplo:
- Quiches y tartaletas saladas: Su base resistente absorbe bien la humedad de los ingredientes.
- Tartaletas de frutas: Con un toque de azúcar en la masa, se convierte en la base ideal para tartas de cerezas, manzanas, peras o fresas.
En resumen, la masa quebrada es un aliado infalible para preparaciones que requieren una base que no se desmorone y se mantenga crujiente hasta el último bocado.
Masa de hojaldre: más aireada y crujiente
Hacer una masa de hojaldre casera requiere un poco más de técnica y algo más de paciencia que para hacer la masa quebrada. Se elabora con masa (harina, agua y sal) y mantequilla. Luego se realizan unos pliegues en la masa que se inflarán durante el horneado. Esto da como resultado una textura ligera, aireada y delicadamente crujiente. Esta masa es ideal para elaborar recetas más refinadas, elegantes y/o delicadas.
¿Cuándo usarla?
La masa de hojaldre es ideal para:
- Bollería y repostería: Perfecta para elaborar croissants, napolitanas de chocolate y otras piezas de bollería.
- Tartaletas finas: Una tarta de manzana con base de hojaldre resulta ligera y crujiente, sin interferir con el sabor de la fruta.
- Recetas festivas: Al ser una masa muy maleable es ideal para preparar aperitivos de diversas formas. Por ejemplo, puedes hacer 'vol-au-vent', darles forma de empanadillas o crear aperitivos originales para ocasiones especiales (por ejemplo: árboles de Navidad o calabazas de Halloween).
- Postres clásicos: Recetas como el pastel de nata deben su textura única a esta masa escamosa.
Eso sí, pese a que el hojaldre es una masa muy versátil no sería la mejor opción si vamos a utilizar rellenos demasiado medos, ya que puede empaparse y no soportar el relleno. Si vas a utilizar un relleno muy jugoso, es mejor precocinar la base, elegir un relleno más seco o elegir otro tipo de masa.
Así que:
La elección entre masa quebrada y hojaldre depende de la textura y el tipo de receta que desees preparar. Para una tartaleta más sólida y rústica, la masa quebrada será tu mejor opción; para platos más ligeros y aireados, opta por el hojaldre. Ambas aportan su toque único y transforman las recetas según nuestras propias necesidades: ¡de ti depende jugar con sus texturas y deleitar a tus invitados! ;)
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