Cortamos las pechugas en trozos pequeños. La cebolla la cortamos por la mitad y cada mitad en cuatro trozos y separamos las capas. Los pimientos verdes los cortamos en tiras y después en cuadrados.
Ponemos el pollo, la cebolla y los pimientos en un recipiente. Añadimos sal y las hebras de azafrán y rociamos con el zumo del limón. Mezclamos bien y dejamos macerar durante una hora, removiendo la mezcla de vez en cuando.
Pasado ese tiempo, retiramos los trozos de pollo y los freímos en una sartén con un poco de aceite, hasta que estén dorados.
En esa misma sartén ponemos los trozos de cebolla y pimiento a fuego moderado, hasta que estén tiernos. Dejamos enfriar.