Lavamos y secamos bien los pimientos y las berenjenas. Los disponemos en la bandeja del horno y los introducimos, precalentado, a 210º hasta que el punto de asado esté a nuestro gusto.
Dejamos enfriar, pelamos y disponemos en botes a los que luego les haremos el vacío con el mismo procedimiento que en las conservas anteriores. Rellenamos los botes con el jugo que han soltado al asarse.