Hierve las espinacas en poca agua con sal. Escúrrelas muy muy bien. No debe quedar agua ya que sino, la masa se quedará aguada.
Con la ayuda de una batidora (yo he usado la Kitchen Aid), mezcla las espinacas con el queso. Añade los huevos de uno en uno y por último la harina. Yo la he ido echando poco a poco hasta ver que la masa estaba manejable pero ni liquida ni demasiado seca.
Forra la bandeja del horno con papel de hornear y con la ayuda de una espátula y paciencia, vas extendiendo la masa por la bandeja. Queremos una capa lisa y lo más regular posible. Ya digo que necesitas paciencia por que no se extiende fácil ni se maneja con las manos.
Hornea en la bandeja de horno a 180º durante 10 minutos.
Prepara tu pizza con los ingredientes que más te gusten y vuelve a hornear unos 15 minutos. Esta vez lo haremos sobre la rejilla y en la parte baja del horno para que quede crujiente nuestra base de pizza de espinacas. ¡Qué lo disfrutes!