Lavamos las alubias y las dejamos en remojo, en agua fria, junto con la cebolla, la zanahoria y dos dientes de ajo, la noche anterior. Al día siguiente ponemos la cazuela al fuego, cuando empiece a hervir, cortamos la ebullición con un chorro de agua fría. (Lo que llamamos asustarlas para que no suelten toda la piel). Esto se suele hacer 3 veces durante su preparación.
Dejamos que vuelvan a cocer y mantenemos a fuego lento, vigilando que estén siempre cubiertas de agua, añadiendo un poco de aguan fría cuando sea necesario. Eso sí, no mover nunca con cuchara, menear la cazuela pero sin meter ningún instrumento que sino se rompen todas. Añadimos la hoja de laurel, el chorizo y el jamón. Dejamos que se hagan muy lentamente sin destapar.
Cuando las veamos hechas preparamos lo que se conoce como "guiso": En una sartén doramos 2 dientes de ajo, añadimos un poco de harina y el pimentón. Vamos añadiendo caldo de los caricos hasta que espese un poco y vertemos sobre las alubias.
Salamos un poco (el jamón ya les habrá dado un toque salado) y dejamos cocer unos minutos más. Dejamos reposar 10 minutos, retiramos el laurel, la cebolla, la zanahora y los dientes de ajo.
Servimos bien caliente. Si acompañamos de una ensalada de lechuga y tomate tendremos una comida completa.
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Gran plato de Cantabria