Estos bollitos hechos con masa de brioche pero con aspecto de croissant, se pueden rellenar con cualquier tipo de crema: nutella, crema pastelera, mantequilla especiada (tipo Chelsea bun)... pero yo los he rellenado con mantequilla de cacahuete. No están nada dulces, tampoco están totalmente salados, es como un híbrido.
En la cubeta de la panificadora poner la leche, el agua, la mantequilla derretida, el huevo, la harina, el azúcar y la levadura. Poner en función 6, amasado y levado.
Cuando acabe, sacar la masa de la cubeta y dividir en dos. Guardamos la otra mitad en una bolsa de plástico para que no se le haga costra mientras hacemos los primeros bollos.
Estirar con un rodillo la primera porción y formar un rectángulo. Untar la mitad del rectángulo con mantequilla de cacahuete (si eres muy de dulce puedes espolvorear azúcar por encima, yo no lo hice por cuestiones de calorías).
Doblar la otra mitad del rectángulo sobre la mitad untada con la mantequilla:
Cortar la masa en triángulos. Hacer el mismo procedimiento con la otra parte de la masa:
Tomar cada triángulo y estirarlo un poco con las manos sobre la mesa y enrollar suavemente en forma de croissant (empezando por la parte más ancha sin apretar demasiado). Colocar en la bandeja donde se hornearán y dejar reposar durante 30 minutos hasta que doblen de tamaño.
Encender el horno a 200º.
Pasado este tiempo pincelarlos con huevo batido, y decorar con un poco de cacahuete picadito. Hornear en horno precalentado a 200 C 15 minutos. Girar la bandeja a media cocción (la parte que estaba al fondo del horno hacia la puerta del horno y viceversa).