Yo las auténticas galletitas chinas no las he probado nunca, y el sabor de estas me recordaron no se por qué a una mezcla de tejas y churros... vamos, que me encantaron!jajaja. Con un poco de imaginación, y aún mejor, si las haces personalizadas para la persona a la que vayan destinadas (como hice yo, haciendo referencia a anécdotas vuestras por ejemplo) las predicciones de buena (¡o mala!) suerte dejaran escapar amplias sonrisas a los afortunados!
Allá vamos:
Mezclar todos los ingredientes hasta que estén bien integrados y sin grumos. Echar la masa (queda muy líquida ¡no asustarse!) en una bandeja de horno forrada con papel vegetal formando círculos más bien delgados. Hornear a 175º durante 15 minutos o hasta que los bordes de las galletas comiencen a tostarse, cuidado que si se hacen demasiado no sirven y cada horno es un mundo!
Mientras tanto escribir los mensajes en pequeñas tiras de papel vegetal. Con rotuladores permanentes se hace sin problemas.
Cuando las galletas ya estén horneadas, y todavía calientes, colocar una tira de papel en el centro de cada galleta y doblar por la mitad. Para conseguir la típica curvatura doblar ligeramente sobre el borde de un vaso. Esto hay que hacerlo muy rápido, pues se enfrían/endurecen enseguida y una vez frías no hay quien las doble! (pero si quien se las coma jajaja). Yo recomiendo hacerlas en hornadas de 4-5 galletas para que esto no suceda. Espolvorear de azúcar glass y... a regalar!