Hay países que tienen la suerte de contar con una forma de hacer pan única y formidable. Es, por ejemplo, el caso de Francia y su baguette, del Pão de queijo en Brasil o de la Focaccia, el pan italiano por excelencia que nos tiene enamorados.
Este pan plano aliñado con aceite de oliva que en España puede recordarnos a la salailla granadina o la fougasse francesa, es una insignia indiscutible de la gastronomía italiana que ha traspasado fronteras y generaciones hasta llegar a todos los rincones del mundo. Su receta original se remonta a la Antigua Roma y cuenta a día de hoy con múltiples variaciones. Una focaccia casera no tiene nada que ver, ni en sabor ni en textura con las versiones comerciales que encontramos en ciertos supermercados. Así que piérdele el miedo a esta masa y anímate a disfrutar de este pan que gusta a todos. Agua, harina, levadura y aceite son los ingredientes base que vas a necesitar para saborear de una focaccia genovesa en condiciones. Entonces ¿Cuál es el secreto para que este pan sea diferente a los otros? ¡Vamos a descubrirlo!
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