Calentamos la leche y derretimos en ella la manteca de cerdo. Dejamos templar hasta que la temperatura baje de 30 grados. Mayor calor podría anular el efecto de la levadura fresca.
En un cuenco grande, volcamos la harina, el azúcar, la sal y las esencias, y mezclamos bien. Formamos un volcán y echamos en él el huevo, parte de la leche tibia, y la levadura desmenuzada.
Vamos mezclando y añadiendo leche hasta llegar a una masa blanda pero consistente. Si no se despega de las paredes podemos añadir más harina, pero no demasiada.
Dejamos levar 1 hora tapando la masa con un paño limpio y húmedo. Cuando haya doblado su volumen podemos modelar los bollitos con la forma que deseemos
Desgasificamos y estiramos la masa con la ayuda de un rodillo hasta un grosor de un centímetro y medio más o menos, y cortamos círculos con la ayuda del borde de un vaso.
Colocamos las piezas de masa en una superficie bien enharinada y las dejamos levar otra vez hasta que hayan doblado su volumen.
Calentamos aceite de girasol en una cacerola profunda, y freimos los bollitos a temperatura media hasta que se doren.
Si agitamos la cacerola mientras se fríen se hincharán más
Tendremos especial cuidado en que el aceite no esté muy caliente, o se pondrán crujientes por fuera y crudos por dentro, y eso no es lo que pretendemos.
Una vez fríos los cortamos por la mitad con un cuchillo de sierra, y los rellenamos con crema pastelera, nata montada, o lo que nos apetezca en ese momento.
Comentarios de los miembros:
Delicioso postre
BUUUENISIMAAAAAAASSSS EXPECTACULARES LAS RECETAS