Aquí tenemos un plato de los de “toma pan y moja”, nunca mejor dicho :) Lo podemos englobar en esas recetas que llamamos “Mar y Montaña”, muy típicas en la cocina Catalana, y en todo el Mediterráneo. Es un guiso muy sabroso que nos recuerda a las cazuelas de nuestras madres ahora que se acerca su día. Si no os apetece trabajar mucho, podéis comprar las albóndigas hechas y el caldo en brick, seguro que os salen
Una vez que tengamos las albóndigas preparadas (mira en el apartado de trucos y consejos para ver cómo las he hecho yo), ponemos un fino fondo de aceite en una olla o sartén ancha, y freímos las albóndigas a fuego fuerte por todas las caras.
Se han de sellar, hacer costra, pero por dentro quedarse crudas para que se terminen al guisarlas. Las reservamos y en ese aceite echamos los champiñones cortados a trozos y la cebolla cortada finita. Pochamos todo hasta que la cebolla se dore bien.
Ahora es el momento de añadir los 2 tomates rallados y la cucharada de pimentón.
Removemos rápido para que el pimentón no se queme, y dejamos a fuego fuerte para que se evapore el agua del tomate y se vaya haciendo el sofrito.
Entonces añadimos la sepia cortada en trozos, damos unas vueltas y agregamos un vaso de vino.
Cuando pasen 5 minutos, y el alcohol del vino se haya evaporado, añadimos el caldo de pescado que cubra la sepia y dejamos cocer todo unos 15 minutos.
Pasado este tiempo ponemos las albóndigas en la cazuela junto con la picada, y dejamos cocer todo junto 5 minutos más.
Ahora es el momento de probar el punto de sal y añadir si es necesario. Bajamos el fuego y añadimos las gambas peladas, dejamos cocer 5 minutos más y las gambas estarán hechas y la salsa se habrá espesado.
Si durante la cocción veis que se queda sin caldo el guiso podéis añadir un vaso de agua.
Solo queda llevar esta maravilla a la mesa y disfrutar junto a una buena compañía y pan abundante.
Gracias!